28 julio 2011

Teatro Abierto en el Picadero


El Teatro Abierto


Empezando en los años 1980 y 1981, la comunidad artística alistó en un movimiento de mucho valor. Aunque nadie sabe las reacciones ni las ramificaciones que surgirían de la dictadura y su partidario, un grupo se formó que hablaría contra el estado y las cosas que estaban pasando. El Teatro Abierto, consistiendo en más de cien escritores, agentes, directores, diseñadores, músicos y técnicos (la mayoría estaban puestos en la lista negra), era fundado para causar cambios políticos y socios. Osvaldo Dragún era uno de los creadores, y él recordó las reuniones como abrumadas por miedo, secretos, y un sentimiento de incapacidad. Los criadores nucleares consistieron en marxistas, peronistas, judíos, cristianos, y ateos y, juntos, conjurando el valor para combatir y desafiar la dictadura opresa. El Teatro Abierto era una serie de 21 obras cortas que se dirigió las cosas que pasaron en Argentina por la mano del gobierno. Cada obra duró sólo una vez, para prevenir la censura, y era apoyado fuertemente por los que se oponían al gobierno. Los teatros ofrecieron sus etapas y las primeras obras se estrenaron en el Teatro Picadero; los actores, escritores, y directores trabajaron gratis; la admisión era abierta a todos y el público no le pagó nada. El festival empezó en el 28 de julio en el Teatro Picadero en Buenos Aires. Aunque las obras empezaron a las seis y media y el público tenía mucho miedo, los boletos para cada obra se agotaron. La reacción de la junta venía rápidamente. El 5 de augusto, el teatro fue quemado misteriosamente, pero esto no era un impedimento para el movimiento. En cambio, esto le confrontó y estimuló, y las obras pusieron en escena en el Teatro Tabarís. Por la primera vez, el tema de los desaparecidos y la implicación de la junta se trataron. Las obras ilustraron en la etapa la violencia política real que pasó cada día, cada momento en el país. Atacaron el régimen totalitario y exigieron cambio social. Eran diseñadas para recibir reacciones del público.

Eran eficaces porque las funciones eran la ignición que encendió asambleas públicas. En dos meses, había 25.000 espectadores. Porque El Teatro Abierto tenía mucho éxito, creó motivación para la gente a demostrar y reunir.

Una de las obras era El desconcierto por Diana Raznovich. Confrontó el problema que la gente tenía de censurar a si mismo. Trataba de una artista – una pianista – quién es pagada para tocar una pieza por Beethoven. Sin embargo, el piano no hace ningún sonido, y durante la obra ella lucha para hacer la música oída. Cuando el piano comienza a emitir sonidos, las notas están en discordia. La mujer desea que el piano vuelva al silencio y al fin, el piano está callado y ella regocija. La obra de Raznovich explora la inclinación de muchas artistas argentinas de estar silenciosas y censuradas. No protestaron con voz su oposición a la junta, entonces, su oposición no fue eficaz. Con el silencio, ellos perdieron cualquier mensaje que poseían. Sin embargo, con la voz viene la discordia y entonces, la protesta silenciosa es más fácil. Aunque la obra demostró que con el silencio viene la facilidad y la armonía, la discordia es el único sonido que se puede oír, y puede causar el cambio.
Los efectos del Teatro Abierto eran enormes. No solamente las obras alzaron la potencia de los teatros en Argentina, empezaron y ayudaron a cambiar el status quo en Argentina. Aunque El Teatro Abierto se convirtió en un evento anual entre los años 1982 – 1986, por el año 1983, la necesidad para las obras comenzó a descender. La meta de las obras era realizada mientras la influencia y la presencia de la dictadura se cayó. Uno de las consecuencias del Teatro Abierto era el declive de la dictadura y la vuelta de regla civil, mostrando el poder del teatro. Una idea que empezó como una hazaña enorme era casi imposible. Carlos Gorostiza, el director de la obra El acompañamiento, recordó que “todo sea imposible. Éramos un grupo de locos que quisiéramos cantar las cosas que no podían ser cantados… una posibilidad loca.” Ellos pusieron en escena los problemas de Argentina, poniendo en peligro sus vidas y revolucionando para ser un catalizador para cambiar una nación.

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"No es posible quedarse a contemplar el ombligo de ayer y no ver el cordón umbilical que aparece a medida que todos los días nace una nueva Argentina a través de los jóvenes. No se lamenten los viejos de que los recién venidos ocupen los primeros puestos de la fila; porque siempre es así: se gana con los nuevos."

de

Pensamiento vivo

"La falsificación (de la historia) ha perseguido precisamente esta finalidad: impedir, a través de la desfiguración del pasado, que los argentinos poseamos la técnica, la aptitud para concebir y realizar una política nacional. Mucha gente no entiende la necesidad del revisionismo porque no comprende que la falsificación de la historia es una política de la historia, destinada a privarnos de experiencia que es la sabiduría madre."
(...) "Pero se sigue adoctrinando sistemáticamente en la enseñanza de la historia para lo cual los réprobos son los que defendían la soberanía y los próceres los que la traicionaban para fines institucionales."
(...) "Ese es el gran problema argentino: es el de la Inteligencia que no quiere entender que son las condiciones locales las que deben determinar el pensamiento político y económico."

“El arte de nuestros enemigos es desmoralizar, entristecer a los pueblos. Los pueblos deprimidos no vencen. Por eso venimos a combatir por el país alegremente. Nada grande se puede hacer con la tristeza”
"Todos los sectores sociales deben estar unidos verticalmente por el destino común de la Nación (...) Se hace imposible pensar la política social sin una política nacional."

Arturo Jauretche

13 de noviembre de 1901 / 25 de mayo de 1974

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